El apóstol Juan y evitar a los herejes

San Ireneo, Contra las herejías, libro 3, cap. 3, c. 180 d.C.: "Hay quienes oyeron de él [es decir, de san Policarpo] que Juan, el discípulo del Señor, yendo a bañarse a Éfeso, y percibiendo [al hereje] Cerinto adentro, se apresuró a salir del lugar sin bañarse, exclamando: 'Salgamos, no sea que incluso este lugar se derrumbe, porque Cerinto, el enemigo de la verdad, está dentro'. Y cuando el hereje Marción se encontró con Policarpo en una ocasión y le dijo: '¿Me conoces?', Policarpo respondió diciendo: 'Te conozco como el primogénito de Satanás.' Tal era el horror que los Apóstoles y sus discípulos sentían contra la comunicación, incluso verbal, con cualquier corruptor de la verdad. Como también dice Pablo: 'Al hombre hereje, después de la primera y segunda amonestación, evítalo, sabiendo que está corrompido y que peca, condenándose a sí mismo'".