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¡¡Babilonia Ha Caído, Ha Caído!!
Apocalipsis 18, 2 dice que el ángel gritó en fuerte voz diciendo: “Cayó, cayó Babilonia la grande”. ¿Se ha preguntado por qué la profecía usa dos veces la palabra cayó, y no solamente una vez? Las palabras de la Escritura están inspiradas. Cada palabra tiene un significado. Existe una razón específica por la cual el ángel, cuyas palabras registró San Juan en Apocalipsis 18, 2, haya dicho: “Cayó, cayó Babilonia la grande”. Esto lo vamos a explicar aquí. Pero las personas necesitan ver el video completo, todo hasta el final.
Apocalipsis 18, 2 profetiza que Babilonia la grande caerá y se hará prisión de toda clase de aves y bestias inmundas.
Como lo demostró nuestro video Apocalipsis 18, 2 acaba de suceder, esa parte de la profecía se cumplió sorprendentemente en el Vaticano, el 8 de diciembre de 2015. En ese día el Vaticano realizó un espectáculo de luces sin precedentes (llamado fiat lux) en el cincuentenario del cierre del Vaticano II. Durante este espectáculo de luces, se proyectaron imágenes y sonidos de toda clase de aves y bestias inmundas en la Basílica de San Pedro, correspondiendo exactamente a la profecía de Apocalipsis 18, 2 sobre cómo Babilonia la grande se hizo prisión de toda clase de aves y bestias inmundas.
De hecho, como lo cubre el video, la profecía usa la palabra φυλακὴ (phulake) en griego para describir cómo Babilonia ha caído y se ha hecho prisión o jaula de toda clase de aves y bestias inmundas, y cómo las columnas en frente de la Basílica de San Pedro se asemejan a las barras de una prisión, de tal forma que cuando las imágenes de los animales y las aves eran proyectadas en la Basílica de San Pedro durante el espectáculo de luces, parecía como si estuvieran en una prisión o en una jaula, exactamente como lo declara la profecía. El espectáculo de luces en la Basílica de San Pedro fue un cumplimiento directo e impactante de lo que fue profetizado en Apocalipsis 18, 2, y simbolizó la caída de la ciudad de Roma en la impureza, apostasía e idolatría durante los días finales, como resultado de que Roma fue apoderada por los antipapas del Vaticano II y por su falsa iglesia del fin de los tiempos, la secta del Vaticano II – que es de lo que tratan en general las profecías con respecto a la ramera de Babilonia.
Tampoco es un accidente que el espectáculo de luces, que cumple perfectamente la profecía apocalíptica acerca de Babilonia, ocurriera en el cincuentenario del cierre del Vaticano II, ya que el Vaticano II fue el mismo concilio de apostasía que marcó el inicio y caracteriza a la falsa Iglesia apocalíptica, la secta del Vaticano II, la ramera de Babilonia del fin de los tiempos. Dios le dio al mundo esta gran e increíble señal –este claro y espectacular cumplimiento de la profecía de Apocalipsis 18, 2 en la Basílica de San Pedro– para que incluso las personas más ciegas tuvieran otra oportunidad de reconocer en qué parte de la historia nos encontramos, y que la ramera de Babilonia, la secta del Vaticano II, que no es la Iglesia católica, sino la falsa Iglesia del fin de los tiempos, está ocupando Roma justo ahora.
El cumplimiento de esta profecía en la Basílica de San Pedro también proporciona la clave para identificar el significado y la ubicación de Babilonia en el Nuevo Testamento y en la profecía apocalíptica.
Esto es de un tremendo significado para entender la situación actual y por qué el ángel dijo dos veces la palabra ‘cayó’. El cumplimiento de Apocalipsis 18, 2 en la Basílica de San Pedro no fue una mera confirmación de la identidad de la Babilonia del Nuevo Testamento en términos generales. No, también confirmó el significado, la ubicación y la identidad de la Babilonia del Nuevo Testamento de manera extremadamente específica – con exactitud milimétrica y con la precisión de un láser, como veremos.
En 1 Pedro 5, 13, San Pedro escribe desde Roma y la llama Babilonia. Dado que San Pedro estaba escribiendo desde Roma, aunque la llamó Babilonia, muchos comentaristas a través de los siglos han reconocido que San Pedro usaba la palabra Babilonia como un nombre en código para la ciudad de Roma.
Además, siendo que las profecías acerca de la ramera de Babilonia en el Apocalipsis están claramente conectadas a la ciudad de Roma, la ciudad de siete montes mencionada en Apocalipsis 17, muchos han vinculado el nombre en código de Babilonia del Nuevo Testamento con la ciudad de Roma.
Y aunque Babilonia sí se refiere a la ciudad de Roma, su significado real es aún más específico y significativo para las profecías apocalípticas de lo que casi nadie se da cuenta. Nosotros cubrimos esto en nuestro video sobre el Apocalipsis 18, 2, pero será ampliado aquí, porque el comprender la ubicación exacta y precisa de la Babilonia del Nuevo Testamento, proporciona la clave para entender el cumplimiento y la señal de “cayó, cayó”.
Según las palabras inspiradas de 1 Pedro 5, 13, Babilonia no es meramente la ciudad en donde San Pedro se ubicaba –que sabemos que históricamente ha sido Roma– sino más específicamente, Babilonia es la ubicación exacta de la iglesia de San Pedro en esa ciudad.
En 1 Pedro 5, 13, San Pedro, por la inspiración del Espíritu Santo, escribió: “Os saluda la iglesia de Babilonia”. Entonces, la iglesia de San Pedro es de Babilonia. Hay una ecuación bíblica entre Babilonia y la ubicación de la iglesia de San Pedro en esa ciudad, y la ubicación del mismo San Pedro en esa ciudad.
Ahora, debe señalarse que el texto original en griego de 1 Pedro 5, 13 contiene la palabra συνεκλεκτή y no la palabra ἐκκλησία. συνεκλεκτή literalmente significa “la que es coelegida”, mientras que ἐκκλησία es la palabra común para ‘iglesia’; pero al usar συνεκλεκτή, San Pedro estaba, en efecto, refiriéndose a su iglesia o congregación en Babilonia, como muchos comentaristas reconocen.
Es por eso que la mayoría de las traducciones de 1 Pedro 5, 13 incluyen la palabra iglesia. Pero incluso si alguien prefiere una traducción diferente, es indiscutible que según 1 Pedro 5, 13, la ubicación de Babilonia es = al lugar donde se ubica San Pedro, y el reconocimiento de este hecho basta para reconocer los siguientes puntos.
Por lo tanto, según la Escritura inspirada, la ubicación de Babilonia = a la iglesia de San Pedro, y al lugar donde se halla San Pedro. Esa es la ubicación de Babilonia, según 1 Pedro 5, 13. Además, como sabemos que la ciudad en la cual San Pedro se estableció fue Roma, podemos decir que la ubicación de Babilonia = a la iglesia de San Pedro en Roma y el mismo lugar en Roma donde se halla San Pedro.
Ahora, la actual Basílica de San Pedro en el Vaticano fue construida en el mismo lugar en Roma donde San Pedro fue enterrado. La Basílica fue construida sobre la tumba de San Pedro, sirviendo como un símbolo apropiado de cómo Jesucristo construyó la Iglesia universal sobre San Pedro.
El hecho de que la Basílica de San Pedro fuera construida sobre la tumba de San Pedro se confirma por las fuentes históricas, la Tradición cristiana primitiva, y los hallazgos arqueológicos. Esta es una imagen del altar mayor en la Basílica de San Pedro, que está justo encima del lugar donde San Pedro fue enterrado. Eso significa que la Basílica de San Pedro es literalmente el lugar en Roma donde se halla San Pedro. También es literalmente la iglesia de San Pedro en Roma.
Entonces, si nos adherimos a la definición inspirada de 1 Pedro 5, 13, de que la ubicación de Babilonia = a la iglesia de San Pedro y al mismo lugar donde se halla San Pedro, podemos ver por qué la ubicación de Babilonia = a la Basílica de San Pedro; pues la Basílica de San Pedro en el Vaticano es la iglesia de San Pedro y es el mismo lugar donde San Pedro se ubica.
E incluso aquellos que toman la falsa posición, contradicha por la evidencia histórica y por la mayoría de los comentarios de los académicos, de que San Pedro no escribió desde Roma en 1 Pedro 5, 13 sino desde otra ciudad, deberían aún reconocer la ecuación entre la ubicación de Babilonia y la Basílica de San Pedro en el Vaticano, porque 1 Pedro 5, 13 iguala a la ubicación de Babilonia con la iglesia de San Pedro y el lugar donde se halla San Pedro; y el único lugar en el mundo en el que están la iglesia de San Pedro y el lugar donde se halla San Pedro, es en la Basílica de San Pedro en el Vaticano; pero la verdadera y completa definición de la ubicación de Babilonia es que ésta es la iglesia de San Pedro en Roma y el lugar en Roma donde se halla San Pedro, que por supuesto es la Basílica de San Pedro.
Y como veremos, estos puntos y cumplimientos proféticos no contradicen, sino que realmente confirman la verdad de la Iglesia católica, el papado, y la tradición apostólica de la iglesia en Roma, cuyo primer obispo y papa fue San Pedro.
Las profecías se refieren al abandono de la fe católica en la Basílica de San Pedro y Roma en los días finales, porque la fe católica es la verdadera fe de Cristo. Estas profecías y su cumplimiento demuestran que la iglesia de Roma tiene una tradición apostólica que va de vuelta al mismo San Pedro. El término Babilonia, en el sentido estricto, simplemente denota una ubicación: esta es la iglesia de San Pedro en Roma y el lugar donde se halla San Pedro. En ciertos contextos, tales como en las profecías apocalípticas, ese lugar donde se halla San Pedro se conecta con la ramera de Babilonia debido a lo que está profetizado que ocurrirá allí durante la apostasía final; pero en 1 Pedro 5, 13 Babilonia era donde la verdadera Iglesia, no la falsa Iglesia, se ubicaba antes.
Así mismo, a través de la historia, ese lugar, la Basílica de San Pedro en el Vaticano, era donde la verdadera Iglesia estaba ubicada; pero algo de gran significado ocurre en ese lugar durante la apostasía y el engaño de los días finales.
Entonces, mientras que Babilonia se refiere a la ciudad de Roma, cuando se aleja un poco más, y luego cuando se aleja aún más, ve en su conjunto a Europa, que es la Europa pagana de los días finales.
La mujer sobre la bestia que San Juan profetizó, que está políticamente unida bajo la Unión Europea y espiritualmente dirigida por la Roma apóstata en los últimos días; pero cuando se acerca lo más que pueda, y mira la ubicación más precisa y exacta de Babilonia, está en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, porque esa es la iglesia de San Pedro en Roma, el mismo lugar en Roma donde se halla San Pedro. Es ahí donde Babilonia está ubicada, según la definición inspirada de 1 Pedro 5, 13. Ese es el epicentro del terremoto espiritual, si se quiere. Ahí es donde ocurrieron los eventos que transformaron a Roma, a Europa y al resto del mundo en los días finales. La Basílica de San Pedro es donde tomaron lugar los mismos procesos del Vaticano II. Esos procesos cambiaron a los pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas que siguieron a Babilonia – conduciendo a toda la estructura diocesana del mundo, en sus varias naciones y lenguas, a la herejía y apostasía.
La Basílica de San Pedro es el templo de Dios donde se sentó el hombre del pecado. La Basílica de San Pedro es donde se formalizó la veneración de su imagen.
La plaza de San Pedro fue en donde el hombre del pecado fue herido. Las elecciones falsas de los antipapas Juan XXIII y Pablo VI, que fueron tan significativas para esta apostasía, se dieron en la capilla Sixtina, a pocos pasos de la Basílica de San Pedro, y esos revolucionarios apóstatas después se presentaron a sí mismos en el balcón de la Basílica de San Pedro. La Basílica de San Pedro es la ubicación de Babilonia, según 1 Pedro 5, 13.
¿Y saben qué? Cuando aplica esta definición, que la ubicación de Babilonia = a la Basílica de San Pedro, a la profecía, se obtiene un blanco absoluto.
Porque, como dijimos, la profecía en Apocalipsis 18, 2, acerca de Babilonia convirtiéndose en prisión o jaula de toda clase de aves y bestias inmundas se cumplió no en ninguna otra parte de Roma, sino espectacularmente en la misma Basílica de San Pedro, justo encima de la tumba de San Pedro. Esto paso ahí, en la iglesia de San Pedro, en el mismo lugar en Roma donde se halla San Pedro, porque esa es la ubicación de Babilonia. De hecho, el cumplimiento de la profecía estuvo entrelazado con las características específicas de la Basílica de San Pedro, pues al describir las aves y las bestias en prisión (phulake), el ángel estaba describiendo las mismas columnas en frente de la Basílica de San Pedro, pareciendo como si las aves y los animales estuvieran en una prisión. Esta es una confirmación impresionante de la ecuación de la Escritura de 1 Pedro 5, 13: que la ubicación de Babilonia = a la iglesia de San Pedro y al lugar donde se halla San Pedro.
Cuando uno comprende e interioriza este punto, no sólo debe reconocer claramente que la ramera de Babilonia está hoy en Roma controlando la Basílica de San Pedro, el templo de Dios, ahora durante esta apostasía, sino que también debe reconocer que estos puntos prueban la inspiración de la Escritura. Estos puntos demuestran que la profecía de San Juan en Apocalipsis 18, 2 sobre lo que pasaría en Babilonia durante los días finales se cumplió, con precisión milimétrica, en la iglesia de San Pedro en Roma, en perfecta conformidad con la definición exacta de la ubicación de Babilonia descrita por San Pedro hace casi 2000 años en 1 Pedro 5, 13.
Pero hay más. Hemos estado discutiendo Apocalipsis 18, 2 y cómo se cumplió específicamente en la Basílica de San Pedro. Bien, hay otra parte en este versículo – la parte en donde el ángel dice “Cayó, cayó Babilonia la grande”. Siendo consistente con lo que hemos cubierto, que la ubicación de Babilonia = a la Basílica de San Pedro, tendría sentido que las palabras “Cayó, cayó Babilonia la grande”, se aplicaran también a la Basílica de San Pedro, porque, como hemos visto, esa es la ubicación precisa de Babilonia.
Ahora, durante esta apostasía profetizada, ¿hubo algún evento o signo destacado que se diera dos veces en la Basílica de San Pedro? ¿Hubo algo que llamó la atención del mundo entero –un evento que esté conectado a los acontecimientos trascendentales en Roma durante este periodo– que haya ocurrido dos veces en la Basílica de San Pedro?
Algo que viene a la mente son los dos rayos que golpearon la cima de la Basílica de San Pedro en el día en que el Antipapa Benedicto XVI renunció el 11 de febrero de 2013. En ese día, un rayo impactó la Basílica de San Pedro no una vez, sino dos veces. La renuncia del Antipapa Benedicto XVI fue enorme. Impactó al mundo; fue noticia principal, y estaba directamente vinculada a las profecías apocalípticas porque el Antipapa Benedicto XVI fue el séptimo rey romano de la profecía.
Él fue el séptimo rey romano del Estado de la Ciudad del Vaticano, y su renuncia representó el fin del periodo de los siete reyes. Eso está cubierto en detalle en nuestro material.
El Antipapa Benedicto XVI renunció el 11 de febrero.
El 11 de febrero fue el día en 1929 cuando el Vaticano y el gobierno italiano firmaron los pactos de Letrán, que fundaba el Estado de la Ciudad del Vaticano. Es un hecho histórico que, como resultado de ese acuerdo, el Papa Pío XI se convirtió en el primer rey del Estado de la Ciudad del Vaticano el 11 de febrero de 1929.
También es un hecho histórico que el Antipapa Benedicto XVI fue el séptimo rey del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Entonces, el primer rey del Estado de la Ciudad del Vaticano recibió su reinado un 11 de febrero, y el séptimo rey renunció, dejando de ser rey del Estado de la Ciudad del Vaticano, un 11 de febrero. Esto no es mera coincidencia. La renuncia del séptimo rey del Estado de la Ciudad del Vaticano el 11 de febrero fue otra confirmación de que desde Pío XI hasta Benedicto XVI era, en efecto, el periodo de los siete reyes de la profecía, y el siguiente hombre, el Antipapa Francisco, rechaza abiertamente todos los aspectos del reinado.
El Antipapa Francisco ni siquiera usa el pasaporte de los reyes del Estado de la Ciudad del Vaticano. El usa un pasaporte argentino convencional, entre otras cosas. Esa es otra forma en la que Dios ha demostrado que Francisco no es uno de los siete reyes-sacerdotes. Los siete reyes de la profecía apocalíptica fueron desde Pío XI hasta Benedicto XVI.
Además de rechazar abiertamente todos los aspectos del reinado, Francisco tampoco es un sacerdote válido, habiendo sido ‘ordenado’ en el nuevo rito inválido de ordenación. Por consiguiente, él no puede ser un rey sacerdote de la monarquía sacerdotal del Estado de la Ciudad del Vaticano, como lo explica nuestro material.
La renuncia del Antipapa Benedicto XVI marcó el fin del periodo de los siete reyes, y estuvo directamente conectado a las profecías en el Apocalipsis acerca de la bestia y la ramera de Babilonia.
Y tan sólo unas horas después del acontecimiento trascendental, que impactó al mundo entero y llamó la atención de todos los noticieros, un rayo golpeó la cima de la Basílica de San Pedro no una vez, sino dos veces, en dos golpes separados. Esta fue una señal impresionante e inquietante. El rayo en la cima de la Basílica de San Pedro, cuando todo el mundo estaba pendiente del Vaticano, y tan sólo unas horas después de que renunciara el Antipapa Benedicto XVI, generó que incluso miembros de la prensa secular se preguntaran si era una señal de Dios y qué podría significar.
Nosotros les proponemos que en Apocalipsis 18, 2, el ángel dice cayó, cayó, porque él se está refiriendo específicamente a los dos rayos que golpearon a Babilonia, la Basílica de San Pedro, en ese día. Les proponemos que cuando Apocalipsis 18, 2 dice cayó, cayó Babilonia, se refiere a rayo, rayo en Babilonia, en la Basílica de San Pedro.
Y si esto es correcto, que cayó, cayó Babilonia, realmente significa rayo, rayo en la Basílica de San Pedro, tendría sentido que haya alguna conexión entre cayó y rayo. Tendría sentido que la palabra inspirada de Dios conectara lo que está descrito como cayó, con lo que aparece como rayo. Bueno, pues ciertamente así es:
La palabra en griego para caer en Lucas 10, 18, es un participio del verbo πίπτω, el mismo verbo que se usa en Apocalipsis 18, 2 para cayó. Entonces, la palabra inspirada de Dios –en efecto, Jesús mismo– dice que Él veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Eso significa que, en la palabra de Dios, así como hay una conexión directa entre la ubicación de Babilonia y la iglesia de San Pedro, el lugar donde se halla San Pedro, hay también una conexión directa entre caer y rayo.
La palabra de Dios es perfecta. Es inspirada. Por ende, podemos aplicar su fórmula. Lucas 10, 18 conecta la palabra caer con rayo. La Escritura también conecta la ubicación de Babilonia con la Basílica de San Pedro.
Hay una profecía en Apocalipsis 18, 2 que dice: “Cayó, cayó Babilonia”. Si aplicamos la fórmula de la Escritura, y entendemos rayo como la señal de cayó, y entendemos la Basílica de San Pedro como la ubicación de Babilonia, obtenemos otro blanco absoluto, puesto que nos quedamos con una profecía de: “Rayo, rayo en la Basílica de San Pedro”.
Como “Rayo, rayo en la Basílica de San Pedro” sería demasiado obvio, el ángel en Apocalipsis 18, 2 utiliza el bíblico nombre en código ‘Babilonia’ en lugar de la iglesia de San Pedro en Roma, y la designación de cayó, cayó por lo que aparece que es rayo, rayo.
Por tanto, vemos una vez más que las profecías en el Apocalipsis sobre Babilonia, cuando se considera juntamente con la definición inspirada de Babilonia en 1 Pedro 5, 13, apunta con precisión a la ubicación exacta de Babilonia como la propia Basílica de San Pedro – la iglesia de San Pedro en Roma: el mismo lugar donde San Pedro se ubica.
La referencia de Apocalipsis 18, 2 de la palabra cayó, por supuesto, también describe la caída de la ciudad de Roma en apostasía de la fe católica durante la apostasía post-Vaticano II, pero el ángel deliberadamente usa dos veces la palabra cayó, y no una vez, porque él se refiere al evento especifico del 11 de febrero de 2013, que fue marcado por la señal de rayo, rayo, o sea, los dos rayos separados que golpearon la cima de Babilonia en un día de importancia monumental para la falsa Iglesia del fin de los tiempos y las profecías en el Apocalipsis.
La precisión de estos puntos, y la conexión profética entre Lucas 10, 18 y Apocalipsis 18, 2, queda aún más fortalecida cuando consideramos que en Lucas 10, 18 el participio caer se junta con rayo, ¿en conexión a qué? En conexión a la presencia y movimiento de Satanás, los demonios y espíritus inmundos.
Lucas 10, 17 se refiere a los demonios. Lucas 10, 20 se refiere a los espíritus (es decir, a los espíritus inmundos). Lucas 10, 18, por supuesto, se refiere a Satanás. En Apocalipsis 18, 2 vemos exactamente lo mismo.
En Apocalipsis 18, 2, ¿a qué está directamente conectada la frase cayó, cayó? A la presencia y movimiento de demonios y espíritus inmundos, justo como dice Lucas 10, 17-20. La primera cosa que menciona Apocalipsis 18, 2 después de decir “Cayó, cayó Babilonia la grande” es que Babilonia se hizo morada de demonios y la prisión de todo espíritu inmundo, las mismas palabras que encontramos en Lucas 10, 17-20.
El paralelo inspirado es innegable. En Lucas 10, 17-20 tenemos referencias a la presencia y movimiento de demonios y espíritus, en un pasaje que conecta cayó con rayo. En Apocalipsis 18, 2, tenemos referencias a la presencia y movimiento de demonios y espíritus, en una profecía acerca de cayó, cayó. Entonces, ¿en dónde está el “como un rayo, como un rayo” en Apocalipsis 18, 2, que uno esperaría ver, en concordancia con el claro paralelismo entre Apocalipsis 18, 2 y Lucas 10, 17-20? La respuesta es que el “como un rayo, como un rayo”, se halla en el mismo evento que cumplió la profecía –rayo, rayo en la Basílica de San Pedro– y en el resto del versículo, sobre las aves y las bestias inmundas en Babilonia se cumplió también, pero, ¿en dónde? En el mismo lugar, en la Basílica de San Pedro, en la iglesia de San Pedro en Roma, la ubicación precisa de Babilonia.
En efecto, piénselo de esta manera: en Lucas 10, 18 Jesús nos dice que la señal de que Satanás cayó en un lugar particular fue como un rayo. En Apocalipsis 18, 2, la señal de que Babilonia cayó, cayó en manos de los demonios y de todo espíritu inmundo, que por supuesto incluye a Satanás, fue rayo, rayo. Eso significa que, bajo los antipapas del Vaticano II y su falsa Iglesia, la secta del Vaticano II, actualmente la Basílica de San Pedro es la morada de todo espíritu inmundo. Eso les muestra cuán mala es la falsa Iglesia de Vaticano II del fin de los tiempos.
También es extremadamente interesante señalar que el altar mayor en la Basílica de San Pedro, que, como hemos mencionado, se ubica directamente encima de la tumba de San Pedro, está cubierto de una marquesina de bronce llamada el baldaquino de San Pedro. Esta marquesina está en medio del cruce y directamente debajo de la cúpula de la Basílica de San Pedro. En otras palabras, “la tumba de San Pedro se halla exactamente debajo del altar central y de la cúpula de la basílica”. Eso significa que cuando rayo, rayo golpearon la cima de la cúpula de la Basílica de San Pedro, estaban golpeando el punto exacto, con precisión milimétrica, de la tumba de San Pedro – la ubicación exacta de Babilonia. Increíble.
También debe destacarse que el lenguaje enfático (cayó, cayó) al inicio de la profecía del ángel enfatiza el sentido de maravilla que es generada por lo que le ha pasado a Babilonia. Esta maravilla es consistente con la naturaleza impactante de los eventos que constituyen el cumplimiento de las profecías, y el hecho de que la caída de Babilonia en la apostasía es inesperada. La caída de Babilonia es inesperada e impactante porque la Basílica de San Pedro y Roma son normalmente lo opuesto a lo que se ha convertido en los días finales. Esto indica además que la fe católica es la verdadera fe y que las profecías del fin de los tiempos se refieren al abandono de esa fe. En la apostasía final Babilonia se convirtió en morada de demonios y de una falsa Iglesia, y esto es impresionante porque no había ocurrido antes en la historia de la Iglesia. Y estos eventos en Babilonia han reducido a la verdadera Iglesia católica, que todavía existe, a un remanente de fieles católicos tradicionales de acuerdo a lo que la divina revelación y la profecía indican que iba a pasar en los últimos días.
Estos puntos nos muestran en qué parte de la historia nos encontramos y en qué parte nos hallamos de los cumplimientos de las profecías. Ciertamente estamos en la etapa profetizada en Apocalipsis capítulo 18 sobre la ramera de Babilonia. Eso significa necesariamente que estamos en el tiempo de la bestia del fin de los tiempos, porque la ramera y la bestia están conectadas y vinculadas en la profecía. La explicación de la ramera hace parte de la explicación de la bestia.
La primera señal de Apocalipsis 18, 2, cayó, cayó, ocurrió el día de la renuncia del Antipapa Benedicto XVI, el 11 de febrero de 2013. El resto del versículo se cumplió sorprendentemente el 8 de diciembre de 2015. Y tenga en cuenta que la apostasía no comenzó en esas fechas; más bien, esos eventos en 2013 y 2015 fueron señales que Dios le dio al mundo acerca de la apostasía que ha sido conducida desde la Basílica de San Pedro a partir del Vaticano II y de que estamos en la etapa final.
Es por eso que es crucial que se concentren en su salvación, ahora. Sálganse de la nueva misa y de la secta del Vaticano II, ahora.
Rechacen a sus heréticos antipapas y abracen la fe católica tradicional –la única verdadera fe de Jesucristo, fuera de la cual no hay salvación– ahora.
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