¿Los católicos piden por los que mueren sin la fe católica?

Según lo que ustedes dicen, los católicos no deberían rezar por nadie en sus oraciones, porque no se puede saber si alguien está en el “estado de gracia”. Incluso si alguien siguiera todas las reglas y dogmas tradicionales que ustedes promueven, ¡podría haber algo en su vida que uno no sabe! ¿Por qué mejor dejan que Dios juzgue?

 

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VC: No, lo que no se puede hacer es rezar por personas FALLECIDAS que, por toda evidencia externa, estaban alejados de la verdadera fe y/o en pecado mortal. Si la evidencia muestra que observaron la verdadera fe (es decir, no eran herejes) ni murieron en pecado mortal, entonces sí se puede pedir por ellos, incluso si resulta ser que hayan cometido pecados mortales de los que usted no tuvo conocimiento.

Y por supuesto que sí se puede pedir por ellos si aún siguen vivos, más no cuando hayan muerto (según toda la evidencia) fuera de la Iglesia o en el estado de pecado mortal. Si el caso fuese lo contrario, ello destruiría la unidad de la fe y usted podría rezar por todos los que han muerto. Eso nos llevaría al puro indiferentismo religioso. Sería fomentar las herejías de la salvación fuera de la Iglesia y la salvación universal. De hecho, la mayoría de las personas que se declaran católicas en nuestros días creen en la salvación universal o en la posibilidad de ello, a pesar que afirmen lo contrario. Porque cuando alguien muere en cualquier situación, no importando cuán anticatólico o pecaminoso haya sido, ellos sostienen que quizás se pudo salvar. Eso es herejía. Si ello fuese así, ¿por qué no se podría rezar por Judas o Martín Lutero? Eso no se puede hacer porque toda la evidencia externa demuestra que ellos murieron en pecado mortal y fuera de la verdadera fe. Y lo cierto es que todos los que mueren en pecado mortal o fuera de la fe no podrán salvarse. Entonces, como la oración refleja la creencia, pedir o rezar por ellos sería afirmar que se pueden salvar las personas que cometieron pecados mortales o murieron como herejes. La integridad de la fe le exige a usted que no rece o pida en la oración a tales personas.

San Francisco Javier, que tuvo la fe católica apostólica, entendió muy bien este punto. Él explica que un católico no debe pedir por tales individuos, cuando cuenta acerca de un corsario pagano que murió en un barco en que él viajaba.

San Francisco Javier, 5 de noviembre de 1549: “El corsario que comandaba nuestro barco murió aquí en Cagoxim. Él hizo su trabajo para nosotros, en total, como queríamos (…) Él mismo escogió morir en sus propias supersticiones; ni siquiera nos dejó el poder recompensarle con lo que por bondad podemos hacer a los otros amigos después que mueren en la profesión de la fe cristiana, encomendando sus almas a Dios, porque el pobre hombre, por su propia mano lanzó su alma en el infierno, donde no hay ninguna redención” (The Life and Letters of St. Francis Xavier [La vida y cartas de San Francisco Javier], de Henry James Coleridge, S.J. (Publicado originalmente en: London: Burns and Oates, 1874) Segunda imprimida, New Delhi: Asian Educational Services, 2004, vol. 2, p. 281).