El censo pecaminoso de David y los ángeles que actúan en la Tierra

En 1 Crónicas 21 encontramos otro ejemplo de cómo los ángeles están íntimamente involucrados en los acontecimientos de la Tierra. Dios estaba muy disgustado con el rey David por haber ordenado un censo del pueblo. Este fue un pecado de orgullo. David se arrepintió, pero Dios le dio a elegir entre tres castigos.

1 Crónicas 21, 10-13: “‘Así dice Yahvé: Tres cosas voy a proponerte; escógete una de ellas, y Yo te la haré’. Fue Gad a David y le dijo: ‘Así dice Yahvé: Elige para ti: o tres años de hambre, o tres meses durante los cuales seas presa de tus adversarios y alcanzado por la espada de tus enemigos, o tres días durante los cuales la espada de Yahvé y la peste ande por la tierra y el Ángel de Yahvé haga estragos en todo el territorio de Israel. Ahora bien, considera qué respuesta he de dar al que me ha enviado’. David respondió a Gad: ‘Me veo en grandes angustias. ¡Pero caiga yo en manos de Yahvé, porque sus misericordias son muy grandes, y no caiga en mano de los hombres!’”

David eligió su castigo, y 70.000 hombres de Israel cayeron. También leemos que Dios envió a un ángel que hubiera destruido Jerusalén. Sin embargo, Dios detuvo al ángel de destruir a Jerusalén porque David se arrepintió y sacrificó al Señor en obediencia. Esto nos recuerda que los ángeles están activos en los acontecimientos de la Tierra. Esto es verdad tanto para los ángeles buenos como para los malos.

1 Crónicas 21, 14-27: “Entonces envió Yahvé la peste sobre Israel, y cayeron de Israel setenta mil hombres. Dios envió también un Ángel contra Jerusalén para destruirla; pero cuando ya estaba destruyéndola, echó Yahvé una mirada y se arrepintió del estrago, y dijo al Ángel destructor: ‘¡Basta; detén ahora tu mano!’ El Ángel de Yahvé se hallaba cerca de la era de Ornan jebuseo. Alzando los ojos vio David al Ángel de Yahvé cómo estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en su mano, extendida contra Jerusalén. Entonces David, y los ancianos, cubiertos de saco, cayeron sobre sus rostros. Y dijo David a Dios: ‘Yo soy quien mandé hacer el censo del pueblo. Yo soy quien he pecado y hecho el mal; pero estas ovejas ¿qué han hecho? ¡Oh Yahvé, Dios mío, te ruego que sea tu mano contra mí y contra la casa de mi padre, y no haya plaga entre tu pueblo’. Entonces el Ángel de Yahvé dijo a Gad que diera a David la orden de subir para levantar un altar a Yahvé en la era de Ornan jebuseo... David edificó allí un altar a Yahvé, y ofreció holocaustos y sacrificios pacíficos, e invocó a Yahvé, el cual respondió enviando fuego desde el cielo sobre el altar del holocausto. Entonces Yahvé dio orden al Ángel; y éste volvió su espada a la vaina”.